-¡Hola!
Y fue la voz más dulce jamás oída,
la que acogió mi llegada.
-Te esperaba.
Y fue la mano más tierna y más firme
la que tomó mi mano.
-Hablemos…
y Fuiste el consuelo que en mis días buscaba.
-Eres mi hija,
mi hermana,
mi ser amado…
Y mis ojos vieron la luz de Tu Rostro
y Fuiste la dulce alegría en mi vida
al sentirme tu hija,
tu hermana,
tu ser amado.