Emanuel se llamaría
de sostenerlo en mis brazos.
Emanuel, mi pequeñito…
Saltaría en mi regazo balbuceando incoherencias
de un idioma no aprendido
y saberes no encontrados.
Emanuel se llamaría.
Emanuel mi pequeñito…
que eligió ser sólo un sueño
hace ya treinta y dos años.
Los hijos engendrados y no nacidos deben tener nombre y ser bautizados para estar bajo el amparo de Dios.
Emanuel no sobrevivió al embarazo. Murió entre el 5° y 6° mes de gestación. Hasta hoy sigo pensando en él.
Silvia Beatriz Giordano
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