Sueño...
Aunque un mal sueño en mí se ha paseado,
lo dejo en la distancia del olvido,
para que no haga mella en lo escondido
del más hermoso sueño anhelado.
Ninguna pesadilla ha desatado,
lo que con gran entusiasmo he querido
guardando mi querer más pretendido,
no siento yo mi sueño alterado.
Las estrellas me guían con su manto
haciendo que sea del más puro acero
en la contienda escapando al espanto.
En la eternidad del cielo severo
se hace dulce el pesar vertido en llanto,
¡con alegría, viene mi lucero!