Caminar lento,
sereno, sin prisas
sin rumbo cierto,
sólo siguiendo la orilla,
pensamientos que vagan
mecidos por la brisa.
Miro atrás un momento
voy dejando huellas,
huellas apenas marcadas
dibujadas en la arena.
Más allá
las olas las va borrando
mensaje sutil
de mi leve paso.
Un mar de plata
con estelas doradas
espectáculo sublime
del crepúsculo
que provoca,
no sé porque
melancólica tristeza.
Mis ojos fijos en la lentitud
de la esfera naranja
que se hunde poco a poco
como buscando cobijo.
La brisa se ha transformado
en suave viento frío,
la humedad va calando.
Cruzo mis brazos
buscando algo de abrigo.
El sol ya se ha ocultado,
sólo trazos añiles y amarillos
separan la línea gris del mar.
Una luz difusa desdibuja contornos,
giro sobre mis pasos
dejando otras huellas,
ya no puedo verlas
pero como las otras
las borrará la marea.
Mariant Íberi