hay un niño tan acostumbrado a mi
que juega a los dados cuando no lo veo
que escribe dibujos a crayón sobre el suelo
sin lágrimas llora siempre sus desvelos
que duerme su siesta si es que leo,
corre despierto acomodando el sueño
como jugando a la vigilia cuando duermo
hay un niño tan acostumbrado a mi
que solo yo le he sabido decir te quiero
que le da igual entre aquello y esto
que escribe cuando callado grito
que dice tortilla cuando pienso queso
que sin pudor se agarra el pito
pero nada sabe sobre el sexo
hay un niño tan acostumbrado a mi
que se esconde en mi izquierdo costado
que cuando el miedo, se pone a rabiar
para volar busca las plumas de su mejor lado
que cambia cuando no tiene que cambiar
¿Quién si no yo tiene para cuidarlo?
tan acostumbrado a mi que no me deja
y no tengo un lugar en donde dejarlo
Dr. Victor von Niebla
Hasta el fondo la Victoria