Poeta de venas purificadas,
Recítame un simple verso,
Una pequeña parte de tu ser.
No me condenes al océano del vacío.
Sacia mi sed de tu saliva,
Calma mi hambre de tu piel.
No permitas que el destino me alcance.
No me abandones en el callejón
De los desamparados.
Sana mis heridas con tus palabras,
Concédeme paz con tu voz,
Finaliza este poema desgarrador.
Ten piedad de mi alma solitaria
No dejes que me desintegre,
En este silencio desértico.
Derrama sobre mí un miserable garabato,
Una diminuta gota de tu sangre bendita,
Sólo tu sabor sublime me podrá serenar.