EL VALOR DEL MINERO
Disfrutamos el hundimiento
En la penumbra
La redención de la luz negada:
Para derribar sostenemos la fuga
De un cansancio reflejo.
Nombrar lo nulo
Jalar el equilibrio
De los extremos
Taladrando la condolencia.
Y sostenerse en la pálida ceniza
Ablandar una penitencia que escarba
Un ser sombra
Que dirige el choque
De su impulso
A la materia inerte
Que responde
Con la voz añejada.
Un duplicar de pérdidas
Y olvidos
La resistencia enorme
Al sumergirse
Un contacto sin pulimentos
Alimentado de la sal de un cuerpo exprimido.
La misma descendencia
Perforando el núcleo
En una pasarela de diseños
Color ultra mundo
Evocando lo tosco
Y llevando a la cima
Las cabezas de textura sólida.
El peso permanente de un coloso
Que brilla en los grises delineados
Y asciende al único lugar
Que le recuerda su condena.
viernes, 20 de agosto de 2010
EL VALOR DEL MINERO
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