Sigilosos pasos doy
evitando exaltar
la implacable huella
de tu medio rostro asomando.
El calor de tus entrañas me tienta,
dulce abrigo,
veneno que abrasa mi corazón blando.
Si me atrapa tu lengua heroica,
si no logro soltar la tierra de
mi delirio,
si dejo mi alma expuesta
al compás inolvidable de
tus latidos,
perderá irreversible, mi razón su dominio.
Hoy me voy antes que amanezcas.
Conteniendo el aire
me alejo
bajo el manto de piel de tu embrujo,
¡Qué tortura abandonar
el regalo,
de mi cuerpo despierto antes que el tuyo!
IMAGEN Y TEXTO: Ana.