No me importa que tus piernas sean amorfas ; sólo quiero que estén seguras del camino que andan.
No me importa que tus brazos sean amorfos; sólo quiero que sepan abrazar y acariciar.
No me importa que tu rostro sea amorfo; sólo quiero que tus ojos me sepan ver, que tu nariz me sepa oler y que tus labios me sepan besar.
No me importa que tu sexo sea amorfo; sólo quiero que sepa sentir y que me haga sentir.
Pero sí me importa que tu cerebro sea amorfo, pues si así es, nada de lo anterior podrá suceder.
Tus piernas no sabrán por donde andan, tus brazos no me sabrán abrazar ni acariciar, tus ojos no me verán, ni me sabrás oler, ni me sabrás besar. Y tu sexo jamás podrá sentir ni hacerme sentir.
Por eso sólo te pido que tu cerebro no sea amorfo. No te pido nada mas.
Foto: Carmela