Y yo me pregunto, quien fue el hijoputa que te engendró, y me pregunto quien fue la mal nacida que te parió.
Maldito niño Sueños, que con todos juegas al dominó.
Hoy a la playa te fui a buscar, no sé si esperaba ese milagro de un sueño con el cual escapar de la puta realidad.
Y sólo encontré pisadas que iban buscándote cabrón, y volvían mas pesadas, mas hundidas, mas rotas.
Pero luché contra la desesperación y sumergí mis pies en esas aguas sin vida, que nos engañan con lunas, con vientos. Aguas de horizontes perdidos que jamás podré alcanzar, porque si continuo adelante, ellas me tragarán.
Maldito niño Sueños, que con nosotros juegas sin respetar las normas del dominó.
Te comes nuestras vidas en frontera peligrosa, pues cuantos se han destrozado perdiendo la razón.
Y quien fue el hijoputa que te engendó, y la mal nacida que te parió.
Quizás ese llamado dios, que se quedó dormido y con eso se disculpó, creando un al niño Sueños para así lavar su conciencia de holgazán, pues todo lo hizo mal.
Y tú, cabrón niño Sueños, que desde que nacemos te llevamos con nosotros, que rompes tantas ilusiones, tantas esperanzas, tantos deseos. Que sin disculpas, sin perdones, te ríes de nuestras desgracias, de nuestras penas, te alimentas del que sufre y desea dejar de hacerlo con esas burbujas de jabón que en un segundo revientan en la nariz, dejándonos más desnudos a la sinrazón.
Maldigo la puta desgracia de tener que, además del luchar con la vida, jugar contigo a un falso dominó.
Foto: Carmela
