y vió
que no había nadie,
levantó
el pestillo,
y su amado entró,
como la lluvia,
sacó el corse,
que sostenía,
su amante cuerpo,
desvistió,
a la bella,
amada,
y sin piedad,
alguna,
de cien puñaladas,
destruyo
su vida,
dejando que la sangre,
fuese bebida
por la lluvia!
lidia-la escriba imagen de la red por la violencia de género
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