Esperas que pierden esperanza,
de guías que se disipan, sin calmar las calmas
bombardeando en los rumbos más turbios,
de tambores de mambos crudos
y de derroche del ritmo claro
unos puede mentir con las apariencias
pero es difícil esconder las emociones;
pesadillas racionalísimas por la espalda
y perfecciones innatas que nunca cultivarías
en el cafecito de las 5 de la tarde,
toses de carrasperas y de poses maniqueas
silencios inesperados y de amores desgastados
condicionan sin fronteras de rss,
convidando novedades
que en serie, fabricaron los Chinos
en un trance entre las moscas y la sopa.
Como te quiero te pienso, y pensaba que
cuando la responsabilidad se halla afuera
la indiferencia puede ser un acto inconciente,
pero como siempre con vos, sin rituales
todo era fugaz y tan virtual,
siempre nos faltaban los calores comprometidos
de antes, cuando ahora abunda el frío,
un manoseo común de Palermo Berberecho
y después de hablarle, la obscenidad
haciéndose monumento en un ayuno planetario,
una emoción fraudulenta
alienta una arritmia del corazón
y opaca mis contragolpes de amor
que no iban a cortar tu idilio con la mercancía
hipnotizante de brillante
donde Dios era de Dior
y el dinero compraba al amor,
pero yo era del sur
y si tengo valor, pero no un precio;
imaginarlo me endulza,
a pesar de un bloqueo de las circunstancias
sin el gusto a tus besos
un palpitar mixto de dubstep,
y mi voluntad tan bien predispuesta
no lograría tampoco, lo que no surge
y emerge honesto;
discusiones de faltas hormigueando
y no creer en el dialogo sería
como el defensor que patea a la tribuna
rechazando virtudes en la pelota
negando el juego, fuera de los limites
antes que pasársela al compañero,
de recursos y elecciones
trataba siempre la vida
aunque no era un partido ni un juego
y a cada uno le tocaba de asumir
con hidalguía las suyas;
y yo recreaba en mi
la alegría y la tristeza indivisibles
tomando unos mates puramente amargos,
restringiendo el deleite ineludible
tres pájaros de colores, que no eran tan libres
como creías, merodeando alimentos ajenos,
cotorreaban aunque tuvieran las alas
que vos, jamás tendrías
y yo imaginaba.
Musgos espesos de rollos marranos
viditas superficiales de oros diluidos
donde tu te extingues, con tus fantasmas
haciendo shopping,
y nunca es nuestro, el sitio del otro
aunque juegues al espejo
amontonándote
para no sentir la soledad
que no toleras;
un par de contrastes
que no se consumen
amagaban fenómenos opuestos
y yo maratoneaba con mis cuquitos
los bosques y senderos
para perder todas sus certezas
alienantes y entender más de las gentes.
Más allá de mis buenas intenciones
estaba mi esencia y la de la naturaleza,
aunque también estaban
sin sincronizarse con ellas
el ego y la necesidad de reconocimiento,
que bien no serviría de mucho
si uno tiene que ser, La mercancía
y prostituir sus ideales
con la excusa naturalista de la supervivencia.
Prefiero entonces, no conformarme y vivir
donde un picaflor bese mis flores,
y a continuar con la resistencia de las buenas obras
antes que empacharme, sin desplegar las potencias
mendigando lo que les sobra
de sus determinaciones berretas
y del que dirán obtuso? de la formas.
Hoy solo tengo, un dos de bastos.
Para los soñadores todo¡¡¡
de
de
