A decir verdad, no sé si hay mucho que
festejar, cuando seguimos viviendo bajo el cuidado de un Dios hombre supremo,
cuando la misoginia se sigue haciendo presente a cada instante, cuando siguen
matando mujeres, cada vez más, y nadie quiere hacer nada, cuando hacemos como
que no nos damos cuenta, cuando no hay mujeres libres, hay mujeres valientes, y
ni el gobierno, ni la sociedad pareciera querer ver esto, cuando los noticieros
prefieren omitir estas tantas notas, que hay de tantas muertas, en Juárez, en el
Estado de México, y casi todos los casos quedan sin resolver, sin que se haga
justicia, que festejar cuando en éste momento alguna mujer está siendo
maltratada, acosada en transporte público, en la calle, en su trabajo, cuando está
siendo amenazada. No, creo que no hay mucho que festejar, pero al menos, déjenme
agradecerle, rendirle un homenaje a todas aquellas grandes mujeres, aquellas
que a pesar de todo esto, ya están listas para ir a trabajar, a la escuela, que
están saliendo a buscar un trabajo, a las amas de casa, empresarias, indigentes,
madres, monjas, lesbianas, a cada una de ustedes, a mi madre, mi compañera, mis
amigas, familiares, todas aquellas que giran alrededor de mi vida, gracias y
bendiciones, quizás sí, no haya mucho que festejar, pero de sobra hay que
agradecerles. A las que lo hacen, no paren en su lucha, por la igualdad, por ni
una más...