Serenata placentera del nocturno,
Caes en mis oídos distraídos,
Sutil como alfiler caído,
Escondiéndote en el grito de mi vacío.
Serenata sosegadora de arañazos suaves,
Rozas mi piel, enrizando mis vellos,
Te mezclas en mi sudor,
Anudándote con mi cuerpo malherido.
Serenata mitigadora de vientos susurradores,
Atiborras mis pulmones sofocados,
Con el oxígeno que me revive
Rescatándome del vaivén de las olas taciturnas.
Serenata silenciosa,
Penetras mi alma con tu melodía inefable,
En mi lengua seca te deslizas,
Descosiéndome de mi voz apesadumbrada.