Besa un sol rojo violento el amanecer,
argumento de una realidad que incita
a vivir puertas abiertas a lo creativo.
Aturden las permutaciones celestiales
con sus variantes matices de pasión,
ora un morado cediendo ese sitio,
en su adiós, a un agrio naranja naciente,
que se trastoca, casi al mismo instante,
en un desusado ambarino refulgente.
Y así, la venganza de la luminosidad
se cobra nuevo laurel, sobre la desnuda
sombra que eclipsa a los ambientes.
Ah... si pudieran mis adoloridas manos
tener la virtud que guarda la alborada!!
y trocar la sombra que tu rostro invade
en el exquisito fulgor que tiempo hace
dejaba la sonrisa realzando tu semblante.
Más… qué puedo yo hoy hacer?
El sueño que tu sueñas es un imposible,
dolorido reflejo de un amor perdido,
que debe sangrar su sombra de castigo,
hasta que cicatrice, desvencijado, el engaño.