Exiliada la creatividad en algún lado,
gobierna el aburrimiento crónico.
Se emprenden batallas perdidas
con la lógica de frases y oraciones.
y todo resulta como contaminado
por el terrorismo del no me gusta.
Hojas en blanco mueren garabateadas,
sin que disfrutaran de algo que decir.
El verdadero debate suena a fantasía,
pero es imposible que la escribamos.
La acrobacia vital de la elaboración
carretea sin arrancar, ahogada e invisible.
La pluma nos llama al diario navegar,
pero solo hay divagaciones por el mar.
Suspendidos en el aire que nos falta,
rogamos, una entrevista a media noche
frente a la ventana, con la inspiración,
dama que anda en caminos torcidos
y nos resulta esquiva en ese instante.
No hay nada en que creer esa noche fría,
mejor desmantelar eso, esto, y aquello.
y abandonarnos con la mente en blanco.
Cuando quiera sola volverá.